De la cuna a la tumba

A Botella se le caen los árboles en Madrid y a Cospedal se le caen los techos de los hospitales en Castilla-La Mancha. Son derrumbes de una época, unos personajes y una forma de afrontar la política que pintan escenas de plena decadencia. Una vieja película en la que aparece Rajoy, con su barba amarilla, para asombrarse de que no mejoren las encuestas en su partido, a pesar de la recuperación económica que tal vez el presidente se cree de verdad, tan alejados parecen vivir de la cruda realidad del día tras día.

Las personas, la gente, los ciudadanos estamos cansados de cuentos chinos, de mentiras, de oportunismos, de filibusteros de lo público y solo queremos ya mirar por la ventana y que por ella entre un aire más sincero y más esperanzador. Un futuro donde personas creativas, preparadas y con la única vocación de hacer más fácil la vida a los ciudadanos, vuelvan a abrirse paso y rompan el muro de los que destruyen esperanzas, posibilidades de vida, puestos de trabajo, ilusión.

Recordamos a menudo aquellas palabras del anterior presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda cuyo reto era asegurar la vida de las personas "desde la cuna a la tumba". El gobierno actual lleva el camino opuesto: inseguridad para los que nacen, viven y mueren.

Nos cansan por igual las mentiras y las coletas oportunistas, los nuevos líderes que no consiguen brillar.

Sabemos claramente lo que no queremos, lo que rechazamos. Ahora nos hace falta confiar en alguien, con una sólida estructura, que nos devuelva la ilusión, que nos asegure ante notario que su mayor preocupación es hacer más viable, más fácil la vida cotidiana. Nosotros pondremos por nuestra parte el esfuerzo y el ánimo como aseguraba don Quijote.

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