Desde aquí también queremos
manifestar nuestra más firme oposición a los recortes educativos llevados a
cabo por el gobierno de Castilla-la Mancha. Dichas medidas han supuesto la
disminución en un 10% del profesorado y una reducción de más del 20% del
presupuesto para el funcionamiento de los Centros públicos, lo que ha acarreado
un deterioro incuestionable en la calidad educativa de la enseñanza pública y
unas consecuencias difícilmente reversibles a medio y largo plazo en el nivel
educativo y profesional de nuestra comunidad.
Entendemos que las
medidas han sido planteadas en términos de estricta y dudosa rentabilidad
económica, sin pararse a considerar la naturaleza y papel de la educación
pública en el desarrollo de la sociedad y despreciando los esfuerzos de
organización y optimización de recursos llevados a cabo por los propios
centros.
Debemos recordar, que a
pesar del contexto de crisis económica en el que estamos, recortar en educación
no es rentable. Así lo señalan todos los informes oficiales de organismos
económicos e internacionales que ponen en relación gasto público y formación de
sus ciudadanos. La OCDE habla no sólo de rentabilidad económica (se
estima que de cada euro invertido en educación se obtienen cuatro) sino de
rentabilidad social.
Es en los tramos
inferiores de la enseñanza donde hay que hacer mayores esfuerzos, pues los
beneficios colectivos de la educación son más patentes cuanto más jóvenes son
los alumnos.
A nadie se le escapa que
la responsabilidad de llevar a buen término la tarea niveladora de la sociedad
que supone la educación, recae sustancialmente en la enseñanza pública.
Mermadas ahora las horas de apoyo o desdobles y aumentadas las ratios de
alumnos por clase al disminuir los grupos, el derecho a una educación de
calidad para todos se está viendo afectado y la brecha social y educativa que
acorta la enseñanza pública se abrirá aún más en nuestra sociedad.
Entendemos por tanto que
los recortes en educación pública, lejos de contribuir a la recuperación
económica de nuestra comunidad, suponen una descapitalización a medio y largo
plazo.
Con nuestra oposición a
las medidas de recorte en la enseñanza pública estamos defendiendo uno de los
pilares fundamentales de lo que debe ser una sociedad desarrollada, más justa y
más libre. Si aceptamos que las consecuencias de la crisis las deben pagar
nuestros alumnos, que ya recibían un nivel de inversión por debajo de la media
europea, estaremos malvendiendo su futuro. Por todo ello, rechazamos con
nuestra mayor firmeza las medidas de recorte en la enseñanza pública, porque
entendemos que defender la enseñanza pública es
defender el futuro de nuestra sociedad.
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